Hay una exigencia que no viene de afuera. No tiene jefe, ni horario, ni castigo explícito.
Es la que te susurra mientras hacés, mientras lográs, mientras avanzás… y aun así no alcanza.
En este episodio hablo sobre esa autoexigencia que se disfraza de compromiso, de productividad, de “aprovechar el tiempo”. Pero que, en el fondo, te desconecta.
Reflexionamos sobre lo difícil que es detectarla a tiempo, sobre cómo la mente encuentra excusas para seguir haciendo, incluso cuando el cuerpo pide pausa.
Hablamos también del límite entre hacer por deseo y hacer por deber, del piloto automático que te lleva siempre al “después”.
Y cerramos con una pregunta que puede doler, pero libera:
¿Lo que estás haciendo… es por deseo, por elección, o por exigencia?



